Desde hace tan solo unas décadas, y gracias a las imágenes y datos que se han obtenido con los satélites artificiales, el ser humano ha podido conocer lo complejo y, a la vez, lo limitado que es el planeta Tierra y cuáles son los impactos ambientales que se están produciendo en él.

Esta tecnología, que ha servido para poder tener una imagen muy precisa de la Tierra, también se ha utilizado para explotar sus recursos, con gran facilidad y de forma descontrolada, sin permitir su regeneración natural.

Los graves impactos ambientales que han originado estas actuaciones han desarrollado la conciencia ecológica en la opinión pública y han llevado a plantear políticas de desarrollo sostenible, encaminadas a favorecer una gestión de los recursos que permita aprovecharlos y evitar su destrucción.